El viernes sentado en medio del emba, el sábado corriendo de un lado al otro tomando nota en el pizarrón, y como en el chiste de Landrisina: ¿y para qué?
La clase de Gerenciamiento sí que fue diferente. Cuando llegué a casa mi jermu me preguntó cómo me había ido y le respondí que bien, pero que me podía haber ido muy bien.
Le tuve que explicar, lo de la autoridad, lo de los tres en el balcón, lo de los tres en el costado, de manos de humo tirando granadas, de WW y Nacho Green Hill marcando territorio cual bulldogs de riña, de Laura liderando la clase y de mi "linda letra" en el blackboard.
Al momento del café recibí algunos comentarios sobre lo bueno de algunos apuntes en la pizarra, comentarios que no escuchamos luego de que RQ preguntara para qué habíamos destinado energías y recursos para dejar registro blanc sobre el negro mate. Luego se escuchó que habíamos "confundido" un poco con uno hablando y otro tomando nota. Otros también dijeron de lo mal que se habían sentido con la autoridad amotinada en dos puntos del aula.
Sin embargo, al momento inicial, al comienzo de la "clase", la única autoridad cuestionada fue la de Laurita que se enfrentó aireosa a todos (sé que no era competencia). Hubiera venido bien la pregunta oportuna de para qué escribíamos, más si estábamos confundiendo.
Pero donde me sentí que pude haber hecho el salto de bien a muy bien, fue la posibilidad (desperdiciada) haciendo un wrap up de la reunión, pues al fin y al cabo yo había ecritro todo eso. Pero los objetivos buscados eran otros, aunque esos objetivos se habrían cumplido mejor con algunas conclusiones que pude haber dicho.
De todos modos, y para no perder el comentario que más me quedó (una frase de un ex-jefe de hace años) es algo que puse a modo de pregunta a partir de una idea de Isi: ¿Se puede ser uno con la familia y otro en los negocios? Queda planteado el interrogante. Podemos usar los comentarios que se vayan dejando (if any diría Virgin Finance) al pie de este post.
Respondiendo la pregunta de Landrisina: y para aprender.
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